Jose_Arias
Mensajes : 7 Fecha de inscripción : 26/03/2009
| Tema: Autoestima en la Niñez Temprana Lun 30 Mar 2009, 3:14 pm | |
| Autoestima en la Niñez Temprana Erickson expresa, que la niñez temprana es alrededor de los 18 meses hasta los 3-4 años de edad. La tarea primordial es la de alcanzar un cierto grado de autonomía, pero conservando un poco de vergüenza y duda.
Cuando los padres y otras personas al cuidado del niño permiten que explore, interactué y manipule su medio, desarrollará un sentido de autonomía e independencia. Los padres no debe atemorizar ni tampoco provocarle demasiado su deseo de investigar de conocer lo que le es desconocido; pero se debe generar un equilibrio en el niño. En muchas ocasiones se recomienda a los padres que sean “firmes pero tolerantes”, de esta manera, el niño puede desarrollar un autocontrol y una autoestima importantes en su crecimiento.
Si los padres acuden al llamado del menor de manera inmediata para realizar las acciones dirigidas a explorar y a ser independiente, el niño pronto se dará por vencido, asumiendo que no puede hacer las cosas por sí mismo generando una dependencia exagerada con sus cuidadores y un no sano desarrollo motor, intelectual y emocional.
Por otra parte, es bastante fácil que el niño desarrolle un sentido de vergüenza y duda. Se debe tener presente que el burlarse de los esfuerzos del niño puede llevarle a sentirse muy avergonzado, y dudar de sus habilidades, generando en ellos temores y frustraciones.
También hay otras formas de hacer que el niño se sienta avergonzado y dudoso. Si se le da al niño una libertad sin restricciones con una ausencia de límites, o si le ayudamos a hacer lo que él puede hacer solo, también se le está diciendo que no es lo suficientemente bueno. Si no se es capaz de tener paciencia para esperar a que el niño realice una acción reconociendo que esta apenas aprendiendo por lo tanto no puede salir perfecto, nunca aprenderá y asumirá que esto es demasiado difícil para aprenderlo. Como abotonarse la camisa o amarrar los cordones de los zapatos.
No obstante, un poco de vergüenza y duda no solo es inevitable, sino que es bueno. Sin ello, se desarrolla lo que Erickson llama impulsividad, una suerte de premeditación sin vergüenza que más tarde, en la niñez tardía o incluso en la adultez, se manifestará como el lanzarse de cabeza a situaciones sin considerar los límites y los atropellos que esto puede causar, tanto a nivel personal como a otras personas de su entorno o circulo intimo.
Pero la demasiada vergüenza y duda, lleva al niño a desarrollar lo que Erickson llama compulsividad. La persona compulsiva siente que todo su ser está envuelto en las tareas que lleva a cabo y por tanto todo debe hacerse correctamente. El seguir las reglas de una forma precisa, evita que uno se equivoque, y se debe evitar cualquier error a cualquier precio. Muchas veces como seres humanaos se ha experimentado lo que es sentirse avergonzado y dudar continuamente de uno mismo, por tal razón, es importante generar y mantener un poco más de paciencia y tolerancia hacia los niños, esto podría ayudar tanto a padres como a hijos a estar más involucrados en el sano desarrollo del menor.
Si se genera un equilibrio apropiado y positivo entre la autonomía y la vergüenza y la culpa, se desarrollara la virtud de voluntad poderosa o determinación. Una de las situaciones más admirables y frustrantes de un niño de 2 o 3 años es su determinación, su fuerza es “puedo hacerlo”, si se favorece ese “puedo hacerlo” con una adecuada modestia, para equilibrar se estará formando niños con un gran potencial para ser adultos. | |
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