la niñez temprana es alrededor de los 18 meses hasta los 3-4 años de edad. La tarea primordial es la de alcanzar un cierto grado de autonomía, pero conservando un poco de vergüenza y duda.
Cuando los padres y otras personas al cuidado del niño permiten que explore, interactué y manipule su medio, desarrollará un sentido de autonomía e independencia. Los padres no debe atemorizar ni tampoco provocarle demasiado su deseo de investigar de conocer lo que le es desconocido; pero se debe generar un equilibrio en el niño. En muchas ocasiones se recomienda a los padres que sean “firmes pero tolerantes”, de esta manera, el niño puede desarrollar un autocontrol y una autoestima importantes en su crecimiento.
Si los padres acuden al llamado del menor de manera inmediata para realizar las acciones dirigidas a explorar y a ser independiente, el niño pronto se dará por vencido, asumiendo que no puede hacer las cosas por sí mismo generando una dependencia exagerada con sus cuidadores y un no sano desarrollo motor, intelectual y emocional.
Por otra parte, es bastante fácil que el niño desarrolle un sentido de vergüenza y duda. Se debe tener presente que el burlarse de los esfuerzos del niño puede llevarle a sentirse muy avergonzado, y dudar de sus habilidades, generando en ellos temores y frustraciones.